martes, 22 de agosto de 2023

 




Ecuador, entre la incertidumbre y la esperanza

La sociedad ecuatoriana, tal como ocurre en el resto del mundo, muestra su hartazgo de la clase política y de regímenes tradicionales de representación




El éxito de Noboa fue la sorpresa de la noche. Ni las encuestas ni el radar electoral le habían puesto mayor atención y no le daban opciones de seguir en la carrera después del domingo. Su participación en el debate presidencial del pasado fin de semana, días después del asesinato a tiros del candidato Fernando Villavicencio, pudo catapultar su candidatura al recibir el aplauso de algunos analistas. Su tono sereno y sin enfrentamientos con el resto de candidatos fue la carta de presentación para muchos electores de este joven, de 35 años, al que apenas habían escuchado. El empresario, de 35 años, es hijo del multimillonario Álvaro Noboa, que intentó llegar a la presidencia hasta en cinco ocasiones sin éxito. Daniel intentará ahora lo que a su padre se le atravesó.

Enfrente tendrá al correísmo, obligado en las próximas semanas a ampliar su nicho de votantes y doblegar las resistencias que aún genera la figura de Correa en gran parte de la población si quiere tener opciones. Como en un capítulo que se repite una y otra vez en la historia electoral de Ecuador, las urnas volverán a medir la fuerza de los movimientos que han marcado las dos últimas décadas en el país: el correísmo y el anticorreísmo.

La campaña recién concluida, que podía funcionar como un termómetro para medir la temperatura de ambas fuerzas, saltó por los aires el 9 de agosto, cuando el candidato Fernando Villavicencio fue tiroteado a la salida de un mitin en Quito, la capital. La violencia desbocada que sufre Ecuador desde hace tres años heló ese día a todo un país que descubrió horrorizado que ya nadie está a salvo, ni siquiera un candidato a la presidencia rodeado de seguridad.

“Yo voto por Correa”

En las papeletas que llenaron las urnas había un presente ausente y un ausente muy presente. El rostro y el nombre de Villavicencio estaba en la tarjeta de votación. La cercanía de la jornada electoral no permitió la reimpresión de las papeletas. El nombre que no aparecía por ningún lado, sin embargo, era uno de los que más se repetía estos días. “Yo voto por Correa”, dicen algunos, como si los años no hubieran pasado. Votar por Correa es hacerlo por Luisa González, una desconocida para muchos hasta hace unos meses, pero que tuvo suficiente con el aval del expresidente asilado en Bélgica. La candidata que podría convertirse en la primera presidenta del país ha reconocido que él, que en caso de regresar sería detenido y encarcelado, será su principal asesor “virtual” si gana.

Christian Zurita, el sustituto de Villavicencio, y Jan Topic, el llamado bukele ecuatoriano, se quedaron en tercera y cuarta posición, casi 10 puntos por debajo de Noboa. Tampoco tuvo opciones Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Lenín Moreno, uno de los supuestos favoritos y que con apenas el 10% de las actas escrutadas reconoció su derrota ante sus seguidores. Topic y Zurita hicieron lo mismo poco después. Cualquiera de ellos aparecía en las encuestas con más opciones que el empresario, que en sus primeras declaraciones descartó su intención de armar una coalición anticorreísta: “No estoy a favor de la trinca sino de un nuevo proyecto”.

Topic se había convertido en protagonista de la campaña con su discurso de mano dura frente a la inseguridad al estilo del presidente salvadoreño, pero se quedó con el 14% de los votos. La misma noche electoral anunció su apoyo a Noboa.